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La respiración es el vínculo entre el alma y el cuerpo, entre el consciente y el subconsciente, es el proceso que da vida a tu organismo.
Son muchos los acontecimientos que a lo largo de la vida, han ido limitando y contrayendo la respiración:
-El propio shock del nacimiento.
-La fase de desarrollo prenatal, si fuimos deseados o no, cual era la situación familiar (en ese estadio de desarrollo, sentíamos y percibíamos el mundo a través de los sentidos de nuestra madre).
-Todas las experiencias que crearon miedo, inseguridad, vergüenza y comparación en nuestras vidas.
-Los juicios y opiniones de cómo deberíamos actuar y comportarnos (para ser amados o aceptados).
Esos impactos dejaron sus huellas en la memoria celular del cuerpo, de modo que cualquier situación de peligro, inseguridad, o miedo en el presente la activa, generando una contracción o congelamiento de nuestra energía, así como de la respiración. A eso le llamamos bloqueo, y no es más que un síntoma de que la energía no circula, esta estancada.
Cuando eso sucede, el sistema emocional y mental, así como el físico, se disparan con la intención de hacer algo, de mejorar la situación como sea….
Intentando protegernos del sufrimiento, utilizamos las viejas estrategias que aprendimos para sobrevivir, todas ellas basadas en condicionamientos y enseñanzas que no son nuestra propia experiencia y que vienen cargadas de creencias, sufrimiento, culpa, mentiras y una gran dosis de miedo a crecer y a madurar individualmente.
La respiración, hace de puente entre tu personalidad (quien tú crees que eres) y tu esencia (energía). Cuando entre tu personalidad (creencias y hábitos de comportamiento) y tu esencia (lo que es verdad para ti, tus valores), no hay armonía, no hay paz dentro de ti.
Cuerpo, mente y emociones funcionan como un todo orgánico, cualquier desequilibrio en uno de ellos afecta a los demás, produciendo un efecto dominó.
El sólo hecho de llevar una atención continuada y relajada a tu respiración, tiene el poder de armonizar y realinear el sistema orgánico, así como producir de modo natural una respiración profunda y relajada que te conecta con la esencia, con un vacío lleno de posibilidades.
Es un proceso de aceptación y comprensión de la dualidad, que te lleva al momento presente.
En ese espacio el ego y todo el sistema, se rinden al amor, a la esencia que habita dentro de ti, experimentando así el gozo y la magia de la vida. Esto te permite conectar con esos espacios en donde cuerpo, mente y emociones vibran en la misma sintonía.
La consciencia en la respiración, es un proceso de refinamiento que agudiza tus sentidos y despierta la consciencia dormida al momento presente, al aquí y ahora.
CÓMO FUNCIONA EL DIAFRAGMA
Los pulmones están protegidos por la caja torácica y se apoyan sobre el diafragma, que sirve de separación entre estos y el abdomen.
La función del diafragma es muy importante durante el proceso respiratorio, ya que éste es un músculo de forma abombada que al contraerse hace bajar su altura, con lo que aumenta verticalmente la capacidad de la cavidad torácica, elevándose las costillas inferiores con la ayuda simultanea de los músculos respiratorios.
De este modo, los pulmones se dilatan debido al vacío pléurico y disminuye la presión en el interior de los alvéolos pulmonares. Al quedar por debajo de la presión atmosférica, el aire respirado llena los pulmones y se termina el proceso de inspiración. A continuación el pulmón se contrae y se expulsa parte del aire contenido en los alvéolos pulmonares, en el proceso llamado espiración.
El ritmo respiratorio varía en función de la demanda de oxígeno del organismo. Evidentemente, ésta no será la misma en reposo que realizando una actividad física elevada, la cual demandará una mayor cantidad de oxígeno. Ahora bien, la respiración es un acto involuntario, que se realiza de forma automática e inconsciente, regido por un proceso neuroquímico.
Los centros respiratorios se hallan en el bulbo raquídeo del encéfalo, del cual surgen fibras nerviosas dirigidas al diafragma y los músculos intercostales.
En los bronquios existen también fibras nerviosas que se estimulan en función de la presión del aire interior. Por otra parte, mediante reacciones químicas se informa también al bulbo raquídeo de la falta de oxígeno en sangre (o exceso de dióxido de carbono) y éste se excita provocando mayor número de respiraciones.