Curso de respiración y relajación

LA SINAPSIS Y LOS NEUROTRANSMISORES

Indice del post

Sinapsis y neurotransmisores

Para entender el mecanismo de la mente y poder llegar a ser nosotros quienes controlemos nuestro mapa emocional es necesario hacer una pequeña explicación sobre cómo funciona nuestro cerebro:

1. Una célula nerviosa o neurona (hay más de 100 000 millones en el cerebro) nunca llegará a tocarse con otra, aun cuando estén muy cercanas entre sí, pero se comunican por una zona especializada que se llama sinapsis. Esta pequeñísima separación se denomina hendidura sináptica.

2. La comunicación entre las neuronas (impulso nervioso) se efectúa por medios químicos. Cuando llega un impulso nervioso a una célula, ésta libera una sustancia química llamada neurotransmisor, que se difunde y llena la hendidura sináptica, siendo así captado el impulso nervioso por los receptores de la neurona continúa en menos de un milésimo de segundo.

Estos neurotransmisores pueden producir excitación de la neurona siguiente o receptora cuando hay aumento de los iones de sodio o inhibición cuando el aumento es de iones de potasio o cloro. La cantidad de neurotransmisores liberados está directamente relacionada con el número de iones de calcio que penetran a la neurona. Hay más de cien sustancias químicas diferentes que funcionan como neurotransmisores y pueden ser:

a) De acción rápida:

i) Clase I: acetilcolina

ii) Clase II: aminas: noradrenalina, dopamina y serotonina (histamina).

b) De acción lenta pero más duradera: neuropéptidos.

i) Hormona hipotalámica liberadora de tirotropina

ii) Péptidos hipofisarios: endorfinas, ACTH, etc.

iii) Péptidos que actúan en el cerebro y en el intestino:

(1) Sustancia P – VIP (péptido intestinal vasoactivo)

(2) Insulina, etc.

La noradrenalina, por ejemplo, controla el estado anímico de la mente; la serotonina actúa inhibiendo las vías del dolor de la médula, modifica el sueño y los movimientos. Una vez que el neurotransmisor ha sido liberado es destruido o eliminado para evitar que su acción se perpetúe. Las neuronas aumentan su excitabilidad con ligeros cambios del PH de los líquidos que las rodeen. Normalmente el PH es de 7.4 y un aumento a 7.8 puede ocasionar convulsiones.

Al gestionar a voluntad nuestro ritmo respiratorio, aumentamos el oxígeno en la sangre, el PH se eleva momentáneamente y se produce una ligera alcalosis, lo que hace que aumente la excitabilidad de las células cerebrales y respondan más rápidamente a cualquier estímulo. Este fenómeno sucede en el individuo que practica la concentración mental, ya que al llegar más oxígeno al cerebro aumenta la excitabilidad de dichas neuronas y adquiere un estado de mente condicionada junto con todo el proceso que lo acompaña.

Los impulsos nerviosos pasan de una neurona a otra pero pueden ser:

1. Bloqueados

2. Únicos o repetitivos

3. Pueden integrarse con otros impulsos nerviosos procedentes de otras neuronas, lo que forma una complicada red para realizar múltiples funciones psíquicas o fisiológicas.

Gestionar correctamente nuestra respiración es practicar la meditación para controlar nuestro ruido mental, de esta forma liberamos neurotransmisores que con la práctica del entrenamiento son influidos a voluntad. De esta manera es posible explicar fenómenos que hasta épocas recientes parecían actos de magia y a los que era imposible darles una respuesta científica comprensible.

Es así como ahora nos explicamos el poder de la mente y las maravillas que pueden ocurrir con el entrenamiento apropiado de estas células cerebrales.. De una manera general, al ser excitado voluntariamente el hipotálamo por medio de la meditación y el control del ritmo respiratorio, se emiten neurotransmisores con los que se comunica con todos los sistemas llegando a formar con la práctica una mente entrenada en la habilidad de ser feliz. El campo de acción es ilimitado, en éste nivel de conciencia ya no hay miedo ni a perder ni a ganar, ni al fracaso, ni al no puedo, no sé, que dirán, no me aceptarán, me abandonarán, etc.etc… En este nivel de conciencia el único límite que existe lo determina uno mismo y la propia voluntad de querer ser feliz.

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M. Angels Farreny
M. Angels Farreny

Coach e Investigadora de Re-educación Postural y Respiración

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